Mezzodomenica

new world symphony

De vez en cuando por el austero palacio de congresos y auditorio del viejo reyno se pasean orquestazas de esas que salen en los discos y graban la música de las películas: Sinfónica de San Francisco, English Chamber Orchesta, Sinfónica de Melbourne... y ayer: Royal Symphonic.

Casi todas suelen traer un programa que sepan que va a triunfar :) (claro, por eso están de gira, para que todos digan: ño! son la leche estos! XD) y los de ayer no fueron menos: Obertura de las bodas de fígaro de W.A. Mozart; Concierto para Violín y Orquesta No.2 de Max Bruch y la Sinfonía del nuevo mundo de A. Dvorak (que no sé por qué carajo se pronuncia algo así como "booorsak" :_S). Como nota curiosa, el solista del concierto para violín y orquesta había estudiado en la escuela Reina Sofía, con la que cierto cmu madrileño tenía una buena relación y de propina nos regaló una pieza de... jimmy hendrix. bruttal.

Como es habitual, me enamoré de la concertino (por qué siempre que vamos a un concierto nos enamoramos de alguna intérprete de las cuerdas? ;D) y volví a comprobar cómo la música clásica tiene una capacidad extraña de centrar sensaciones vitales. No sé si sólo me pasa a mí, o es común, pero si tienen ocasión les recomendaría que les presten una oída tanto a la sinfonía del nuevo mundo como al concierto para violin y orquesta de bruch (con unos buenos cascos para apreciar bien la fuerza de los metales: dic. trompetas y demás). No son piezas difíciles de oír y, en serio, a mí me fueron deslizando a través de no sólo sensaciones, sino sentimientos; lo que siempre es una experiencia enriquecedora.

posted by Xhaggi @ 9:56 AM